El disfrazar a los niños en Halloween de personajes vinculados a la delincuencia, como es el caso de Ovidio Guzmán o sicario, se hace apología a la violencia y aunque mucha gente le parece gracioso, lo cierto es que se va sembrando en las nuevas generaciones un conjunto de criterios y valores que no son los que necesita la sociedad, opinó el psicólogo Ambrosio Monjardín Heráldez.
El experto en desarrollo humano dijo que para los niños pequeños es muy difícil de discernir el impacto que tienen los eventos a los cuales ellos están haciendo referencia con su vestimenta y serían los padres “los que debiéramos tener un poquito más de preocupación”.
“Así como se pone a las brujas y a los distintos personajes los padres piensan que es inocuo, sin embargo, diríamos que la gente se vista de bruja o de monstruo no está teniendo el peso cultural inmediato del ambiente que estamos viviendo, sin embargo, lo otro sí lo está teniendo, las noticias, los periódicos, la radio, están mencionando con lo que tiene que ver con el evento del 17 de octubre y las raíces que tienen que con el narcotráfico, lo que sí me parece delicado porque, de alguna manera, se normaliza algo que no debiera normalizarse”, manifestó.
Señaló que de alguna manera se está enalteciendo la figura de este personaje porque la lectura de los niños pueden ser similares a superhéroes como Superman o Batman porque para ellos son un modelo y mientras son niños y sólo alcanzan a comprender que es una fantasía, pareciera que no tiene nada de malo, pero sí lo tiene porque mientras que los superhéroes son una fantasía, lo otro está muy conectado con la vida cotidiana y hay muchas fuentes de información que refuerzan el incentivo a este tipo de personajes.